Redacción/ Escrito por Javier Martínez / octubre 6, 2016
Algunas ostentan el carácter que le otorga el tiempo, otras, de manera discreta muestran impecables diseños minimales que provocan el regodeo de la mirada curiosa. Pero todas presentan un cuerpo amplio, robusto, hechas de buena madera en mutuo acorde con la ciudad vieja y su historia.
Cada puerta tiene su memoria y a su vez resguarda el umbral de un hogar enclavado en una ciudad custodia de 524 años de historias.
En la Calle Cristo un verde monte. Foto Javier Martinez.
La Caleta de las Monjas viste de hábito. Foto de Javier Martinez
El paraíso de un gato. Foto de Javier Martinez
En la Calle San Justo donde vive el «Flaco». Foto de Javier Martinez
En la Calle sol una Fortaleza. Foto de Javier Martinez
«Cuantas cervezas pasaron por su puerta». Foto de Javier Martinez
Al final de la Calle Sol algo sugiere una bóveda de banco. Foto de Javier Martinez
En la Calle Luna un auto cabe por la puerta. Foto de Javier Martinez
